REVIEW: Tenet ¿Qué pasó Christopher 🧐?

Es evidente que Tenet fue hecha para ser vista en el cine, con el volumen al máximo y en una pantalla lo más IMAX posible. Nolan nos lo advirtió: el cine es como un truco de magia, y requiere de la mayor cantidad de estímulos para esconder sus costuras. Pero aún así, podemos ver Inception o The Dark Knight por primera vez en el living de la casa sin que pierdan su encanto. Y entonces, ¿por qué Tenet fracasa tan monumentalmente?

Lo comentamos en el episodio del podcast que le dedicamos a Christopher Nolan, parece que mientras más aumenta su presupuesto más precarias se vuelven sus historias. Pero si pensamos que con TDKR la cinematografía de Nolan había tocado fondo, este 2020 vuelve a sorprendernos para peor. Porque aunque en este lado del planeta no tuvimos la oportunidad de ver Tenet en salas, la película necesita un salvavidas mucho más robusto que el que puede otorgar la sala de cine. 

Ahora sí: Review de Tenet (sin spoilers)

En un contexto en que hasta los más grandes de la industria (ejem, Disney) habían bajado los brazos, Nolan se mantenía firme en su cruzada por reservar el estreno de Tenet hasta que fuera posible exhibirla en salas. Y ahora sabemos por qué.

Entre las usuales curvaturas temporales y los grandilocuentes despliegues de secuencias de acción, Tenet es a todas luces una película de Christopher Nolan. Bueno, excepto porque esta vez tenemos la presencia de una esposa viva que no atormenta al protagonista. 

Su estructura narrativa nos recuerda a Memento, pero su absoluta falta de desarrollo de personajes, no. Aquí no hay espacio para crecimiento, ni para conectar con la audiencia, aquí hay sólo piezas en un tablero de ajedrez movidas por un maestro demasiado enamorado de su propio juego (a propósito, mejor vean The Queen´s Gambit). Y si creen que estoy exagerando les cuento un poquito de la trama:

Tenemos a su protagonista, llamado EL PROTAGONISTA, que debe impedir el fin del mundo en medio de una nueva guerra fría en que la humanidad lucha consigo misma pero con su versión del futuro. Aparentemente, a nuestros yos del futuro no les cayó muy bien todo este tema de ignorar sistemáticamente el cambio climático y quieren aniquilarnos para salvar el planeta y con suerte, ¿a ellos mismos? Nadie lo tiene muy claro. Tampoco importa realmente.

EL PROTAGONISTA recibe asistencia de Neil (Robert Pattinson, luchando con todo su ser por interpretar ALGO DECENTE de esos diálogos). Puede que Neil también sea un agente, o un doctor en física, o ambos. Juntos avanzan y retroceden en el tiempo para detener a un traficante de armas ruso (porque contra quién más vamos a pelear en una guerra fría futurista) y prevenir el fin del mundo. Fin.

Y en conclusión

Después de todo, Tenet sí marca un hito fundamental. No reivindica la experiencia cinematográfica de la sala de cine como era la intención de Nolan. Sino que afirma su tendencia a desprenderse de cualquier atisbo de apego emocional que pueda llegar a despertar en nosotros, para reemplazarlo con espectáculo.

El gran problema de Tenet no es que quiera entretenernos. Tampoco que Nolan quiera echar mano a todas las maravillas tecnológicas que su presupuesto pueda pagar. El gran problema es que se plantea a sí misma como una película para tomarse en serio. Pero a diferencia de Arrival, que también juega con los posibles del tiempo, Tenet no se hace nunca cargo de las ramificaciones humanas de esta nueva tecnología. A parte de la tímida pregunta que hace EL PROTAGONISTA: ¿y qué pasa con el libre albedrío?  Nolan abandona cualquier intento de conectar con la historia.

Y al final, Tenet olvida el pie forzado de todo acto de magia: sí, mientras más imbricado parezca el truco mayor será la sorpresa pero para que tenga efecto tiene que importarnos.