Final de Temporada: The Strain
Como les comentamos hace un tiempo, este año se estrenó The Strain, serie sobre criaturas sobrenaturales y posible fin del mundo creada por Guillermo del Toro y basada en su trilogía de la oscuridad. Con 13 episodios debutó esta primera temporada cuyo final se emitió el pasado fin de semana, final que marca el primer enfrentamiento de nuestros protagonistas con el temido «maestro» y que nos deja expectantes respecto al cómo cambiarán después de las heridas que sufrieron durante la batalla.
Setrakian (David Bradley) y Eph (Corey Stoll) en sus primeras colaboraciones.
Para quienes aún no estén familiarizados con la serie, cuenta la cruzada que los doctores Ephraim Goodweather (Corey Stoll) y Nora Martínez (Mía Maestro) comienzan una vez que un extraño parásito llega a Nueva York y que posee la facultad de modificar la composición genética de a quienes infecta convirtiéndolos en una suerte de vampiros -con un look más grotesco del que estamos acostumbrados- guiados por su creador, el «Maestro» y su fiel sirviente, Thomas Eichorst (Richard Sammel). En el camino se les une Abraham Setrakian (David Bradley), sobreviviente del holocausto que tuvo la oportunidad de enfrentar el fenómeno en los campos de concentración y lentamente se levantan las distintas facciones que pelearán a favor y en contra de los recién llegados, mientras los infectados esparcen el virus rápitamente basados en dos de sus impulsos primordiales, sus deseos de sangre y el amor que alguna vez sintieron por sus más ceranos.
Lo que comienza siendo un drama sobre las catástrofes biológicas muta rápidamente hacia lo sobrenatural, reuniendo pasado y presente. Aunque más interesante que el Maestro y su nueva camada es la pandilla que se reúne en torno a Eph, cada uno marcado por su pasado, Nora y su madre sobrevivieron la dictadura en Argentina, mientras que Setrakian ha viajado por el mundo persiguiendo al maestro luego que éste le robase a todos a quienes amó pero que le perdonó la vida y le dio el trabajo gracias al cuál logró sobrevivir a los campos hasta la llegado de las tropas aliadas. Particularmente hermosa -y muy por fuera de lo que se acostumbre ver en las series de su tipo- es la conversación que mantienen Eichorst y Setrakian en los talleres del campo de concentración, en la que un aún humano Eichorost le reclama a Setrakian su cobardía pues se queja de la crueldad de los nazis pero no posee en coraje suficiente para enfrentarlos pues sabe que le costaría la vida y que por tanto, sus deseos de vivir son mayores que sus convicciones morales, síntesis de la Genealogía de la Moral en un sólo diálogo.
Gus (Miguel Gómez) encuentra a los colegas del Maestro.
Sin embargo, en su querer avanzar rápido la serie va dejando cabos sueltos y a veces es difícil empatizar con el padecimiento de los personajes , en pro del suspenso se deja de lado la amplia y compleja naturaleza de los cambios que van sufriendo sus protagonistas. Y a pesar de la impecable factura de sus efectos, la tan anunciada apariencia del maestro está muy por debajo de las expectativas, el que en un principio prometía traer de vuelta a Nosferatu termina con un look mucho más de cuento infantil. Mientras que hacer coincidir todos los hitos que marcan esta primera temporada en solo 13 episodios se logra en desmedro de la creación de atmósfera -que en los primeros episodios está muy bien lograda-, y el desarrollo de personajes -que sólo funciona en el caso de Eph y Setrakian, mientras que del resto sólo se nos ofrece una pincelada-.
Vasiliy Fet (Kevin Durand), uno de los personajes de quienes esperamos saber más.
Aun así, la serie funciona rápido y tiene sus genuinos momentos dramáticos de peso, sin mencionar que es una alternativa a toda esta estetización del universo de los vampiros devolviéndolos a su raíz más salvaje y catastrófica. Con personajes potentes, cuyas backstories esperemos conocer mejor en sus temporadas venideras, que abarcan una amplia gama de culturas e historias, es una serie para quienes aman una buena ficción de monstruos.
