MiniReview: Operación Zulú
En la Sudáfrica post apartheid, la corrupción, la desigualdad, el racismo y el crimen siguen vigentes, es con esta premisa que el director francés Jérome Salle nos entrega una película en código y tono de blockbuster estadounidense, pero capaz al mismo tiempo de trabajar con la frialdad y crudeza del cine europeo posterior a los años 90s. Al estilo de Seven, L.A. Confidential, la serie The Killing -o la más reciente True Detective– seguimos la relación de dos detectives que se ven enfrentados a un caso que parece ser simple pero termina siendo tan complicado que la pareja compuesta por Brian Epkeen (Orlando Bloom) y Ali Sokheda (Forest Whitaker) terminará entregando todo lo que tiene por conseguir una justicia que se parece más a la venganza que a cualquier otra cosa.
De esta forma, Operación Zulú, termina sorprendiendo más que por su estilo narrativo o por su premisa, por su puesta en escena y la crudeza con la que retrata el director los momentos de terror absoluto que viven sus protagonistas, y sus cercanos, y quizás lo más importante es que es capaz de contar una historia gracias a que nos presenta personajes singulares y distintos entre sí, y así, sumergirnos en una realidad donde estos momentos de violencia desenfrenada y aparente sin sentido no son gratuitos -como en los blocksbuster- sino que están allí para entregar un mensaje, para servir de recordatorio de una realidad que hemos olvidado, y es que las secuelas, heridas y cicatrices del apartheid aún son visibles y terribles; un tema que no es lejano para nosotros en Chile, ya que de cierta manera también vivimos las secuelas de nuestra propia muralla y nuestra propia segregación.
Una película que es completamente lo contrario a su competencia en cartelera, el nuevo episodio de Star Wars: The Force Awakens, un película que nos impacta, nos entrega un mensaje y nos deja reflexionando sobre nuestra -a veces- escasa conciencia político-social.