Libros Recomendados – El Diario de la Princesa

Publicado por Geraldy Cañete en

El Diario de La Princesa es una suerte de (otro) relato autobiográfico en el que Carrie Fisher se sincera sobre algunos de los secretos más cotizados de la Princesa Leia: su postura frente a la firma de autógrafos y el fanatismo despertado por Star Wars, lo que sintió al convertirse en un sex symbol durante los setentas y, como ya habrán leído por ahí, su relación con Harrison Ford durante el rodaje de A New Hope (ex- La Guerra de las Galaxias).

La fama fulminante, ser la única mujer en la galaxia y casi la única en el set de la película, las expectativas de los fanáticos y su breve romance con Ford no son temas sencillos de abordar. Sobretodo, porque la mayoría poseen matices que hoy por hoy estamos acostumbrados a poner bajo el microscopio y juzgar en nuestros debates virtuales bajo el prisma de lo políticamente correcto. Sin embargo, el humor autoconsciente de Carrie Fisher, ese no tomarse tan enserio a sí misma, le juega a favor mientras nos relata las infidencias de una de las franquicias más importantes. Humor que también funciona como contrapunto a las apasionadas confesiones que aparecen en los fragmentos que incluye de los diarios de vida que escribió en 1976, durante las filmaciones. Confesiones que aparecen en forma de poemas sueltos, reclamos y sobreanálisis y que testimonian la inseguridad de sus adolescencia tardía.

“Ojalá pudiera marcharme a alguna parte; el único problema es que yo también tendría que ir.

La lectura se hace corta, en parte porque lo es, pero también porque la honestidad ingenua de las páginas del diario -escritas bajo el liberador supuesto de que jamás nadie las leería- es humana. Puede que Carrie Fisher se encuentre en el lado opuesto de la pantalla que nosotros, y es reconfortante que sea un libre el punto de encuentro entre ambos mundos paralelos, que de otro modo nunca llegan a tocarse. Y esta extrañeza, la distancia inexorable entre ídolo y fanático resulta más que evidente en los incómodos relatos sobre la firma de autógrafos y el contacto que ocurre en las convenciones (acto que nombra como lap dance, una metáfora juguetona que le permite reírse de las cosas que hacemos por necesidad).

¡Carrison es Canon!

Este es el capítulo más conmovedor del libro. Porque narra la impotencia de lo que no se puede decir, y las brechas que no se llegan a romper nunca, incluso estando frente a frente. El esfuerzo de los fanáticos por conectar con ella, el esfuerzo de ella por consolar a sus fanáticos. En ese intercambio reside la inmensa soledad que sufren ambas partes. ¿Por qué esperar horas, de pie, para pasar solo unos breves momentos con alguien que no se parece en casi nada al personaje de ficción que tanto admiras? Pero también ¿qué lleva a una exitosa actriz a tener que someterse a jornadas extenuantes de venderse a sí misma? La respuesta que ofrece es poco clara.

¿Qué significa la pérdida de autoestima a cambio de dejar de preocuparnos por los impuestos o por unos monstruosos gastos generales? Así que, con el tiempo, he logrado revisar mi concepto de la palabra ‘dignidad’ hasta incluir cómodamente el lap dance”.

Por un lado hay momentos muy conmovedores y en el párrafo siguiente aparecen personajes dignos de Scorsese. Pero al final, lo que hay es un intento por describir la relación de Fisher con las convenciones -en parte gratutitud, en parte hostilidad- y las autocríticas por no ser capaz de mantener una situación económica que le permita evitar dichos encuentros. Una suerte de círculo vicioso en que el estilo de vida que se espera de una estrella de Hollywood está irremediablemente atado a la necesidad de vender autógrafos y fotos en las convenciones y las giras promocionales.

Por último, otra de las reflexiones interesantes es sobre los afectos y la sexualidad femenina en medio de la exposición mediática que relata en parte a través de su relación con su compañero, y en parte a través de las emociones que surgen de tener que firmar foto tras foto de su yo más joven, el shock de algunos fanáticos infantiles al percatarse de su edad, y las numerosas confesiones amorosas de jóvenes que la reconocen como su primer amor.

Es probable que Star Wars sea el primer gran blockbuster, uno que literalmente puso a millones de personas a hacer fila alrededor de la cuadra para entrar al cine. Y que encapsuló a sus protagonistas en perpetuando sus atractivos juveniles, obligando a Carrie Fisher, a Harrison Ford y a Mark Hamill a vivir en la sombra de Leia, Han y Luke.

El Diario de la Princesa - Star Wars- Carrie Fisher - Princesa Leia

La relación performativa entre una jovencita definiendo su identidad y el molde del personaje por el que sería recordada, es compleja, ni buena ni mala. El Diario de la Princesa es una ventana a la fama como prisión, y un antídoto para quienes creen que el éxito profesional, junto con el debido reconocimiento de otros, es sinónimo de felicidad.

El Diario de la Princesa llega a través de Ediciones B.


Geraldy Cañete

Realizadora de Cine & TV Me gusta el cine, los gatitos y la filosofía, Con tendencias adictivas a las series de TV y las papitas.