El Mundo Oculto de Sabrina: La Nueva Adaptación de Netflix
Basta una mirada superficial para entender que «El Mundo Oculto de Sabrina» dista mucho de la bruja adolescente que conocimos en los 90s. Y después de ver los primeros 8 episodios de la adaptación de Netflix, sus méritos son fáciles de reconocer (todos excepto Salem, cuyo exquisito humor noventero parece demasiado difícil de revivir). La Sabrina de Kiernan Shipka habita un mundo más hostil, o más consciente de su hostilidad, y tiene una relación menos amigable con la herencia cultural de su padre situándose en un tono similar a su serie hermana Riverdale.
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Pero a diferencia de las aventuras detectivescas de Archie, la vida de Sabrina ocurre en la dualidad entre su mitad humana y su mitad bruja. Indeterminación identitaria que crece mientras la transición entre una y otra requiere un sacrificio. Y la mitad de Sabrina que se involucra en luchas sociales contra la discriminación y quiere pasar la mayor parte del tiempo con Harvey, no puede reconciliarse con la parte de ella que debe asistir a la Academia de Artes Ocultas. Como adolescente humana, mantener la armonía social en el ambiente educativo parece más urgente que estar a la altura de su padre.
La transición promete ser violenta a pesar del constante optimismo de Sabrina y la buena voluntad de quienes la rodean. Aunque no sin humor, especialmente dentro de la disfuncional familia Spellman. Pero lejos de intercambiar ropa con un parpadeo, las habilidades de Sabrina la obligan a hacer cosas diametralmente opuestas a la que alguna vez hizo su contraparte interpretada por Melissa Joan Hart dejando atrás el monótono formato de las sitcoms.
Finalmente puede que sea una mayor cantidad de recursos, o simplemente un mejor uso de los mismos pero hay que destacar también que El Mundo Oculto de Sabrina es bastante más rico que el de Riverdale.
