OPINIÓN: ¿Es Six Feet Under La Mejor Serie de Todos los Tiempos?
En un gesto de autoamor que no me permitía hace años, esta cuarenta me propuse visitar y revisitar varios de los títulos que tenía en mi lista eterna de pendientes. Y aunque Six Feet Under me producía curiosidad desde siempre, NADA HACÍA PRESAGIAR que sólo le bastaría con sus 63 capítulos para convertirse en una de mis series favoritas de todos los tiempos.
Ahora bien, tengo absoluta conciencia que nuestras obras favoritas muy pocas veces coinciden con los mejores exponentes de su tipo. Así que, spoilers: No, es muy probable que Six Feet Under no sea la mejor serie de todos los tiempos. Sin embargo, tiene méritos suficientes para estar dentro de mi top 10 por todas las razones que enumero a continuación.
¿Qué tan buena es Six Feet Under? pregunta seria:
La historia de los Fisher, esta familia promedio que ha subsistido por décadas gracias al negocio familiar, es inseparable de lo que acontece en la funeraria Fisher & Sons. La presencia ineludible de la muerte ha moldeado el carácter y la vida de todos sus integrantes. Pero lejos de reducir este pie forzado a una caricatura hiper-estetizada, la serie se atreve a hacer preguntas cómo ¿qué tan válido es mi dolor existencial adolescente al lado de toda esta tragedia? El resultado, una familia en la que todos parecen andar de puntillas, evadiendo todo conflicto, forzándose constantemente a ver “el lado positivo de las cosas”, negándose a sentir su propia angustia.
A modo de espejo, la vida de los Fisher se enreda permanentemente con la de otra familia radicalmente diferente. Los Chenowith no tienen filtros, ni límites, no sienten la necesidad de ocultar sus emociones y no tienen ningún problema con hacer de sus dolores y angustias la carga de otros a su alrededor. Autoindulgentes, hedonistas y con complejo de superioridad, los Chenowith son tan disfuncionales como su contraparte los Fisher. Y funcionan como un bonito contrapunto a esta oda a la imperfección que es Six Feet Under.
Pero el gran aporte de la serie está más allá de sus personajes. Tiene que ver con dos principios que hacen que se sienta tan humana:
- Las mejores intenciones pueden terminar en los peores resultados.
- Somos perfectamente capaces de tomar no una sino TODAS las peores decisiones cuando nuestra vida va de lo mejor.
La mayor parte de los problemas que surgen en la aparentemente irrelevante vida de los Fisher derivan de la idea de que las buenas intenciones pocas veces tienen los resultados esperados. O mejor, que un porcentaje importante de las veces las buenas intenciones tienen los peores resultados. Y es un principio que puede observarse en el cotidiano, cada vez que Claire y Ruth intentan enmendar su relación madre-hija, o cada vez que Nate y Brenda quieren dar un paso hacia la adultez. Es un leitmotiv que cruza toda la serie, y que le otorga una verosimilitud pocas veces explorada en el formato televisivo. Al menos, con este nivel de verdad.
Por otro lado, y este es un punto al que le tengo especial cariño, la idea de que aún cuando todo en nuestra vida está en orden y somos suficientemente felices, precisamente allí, es cuando probablemente tomemos TODAS las malas decisiones. Justo cuando David parece cómodo con la idea de tener una vida en pareja decide que no es suficiente. Justo cuado Nate parece dejar atrás los fantasmas de su vida libertina para dedicarse a cultivar una relación madura y exclusiva basada en el amor, recae en sus viejos hábitos y debe enfrentar las muy reales consecuencias.
Y así, Six Feet Under nos sumerge en una serie de malas decisiones que a pequeña o a gran escala nos recuerdan que la mayoría de las veces no estamos combatiendo contra un sistema, o la vida misma, si no contra nuestra propia estupidez. Esta mirada más sensata que pesimista convierte a la serie en una de las mejores de su tipo. Honesta, graciosa, terrible, encantadora.
Ya pero ¿tiene Six Feet Under tiene EL MEJOR FINAL?
Amplios son los debates sobre cuáles son los elementos clave para un buen final de serie. O más popularmente en internet, qué es lo que definitivamente no hay que hacer.
Cuando pienso en finales satisfactorios de los últimos años, pienso por supuesto en Twin Peaks (los últimos episodios del 2017, obvio). Pienso en el final de The Americans, que reivindica un montón de inconsistencias en las que había caído la serie hacia el final y le hace absoluta justicia a sus protagonistas. Pienso también en eventos traumáticos, como el final de GOT o de Dexter. Pero creo que nunca había tenido el privilegio de ver un final tan elocuente.
Primero, porque uno de los miedos constantes que recorre Six Feet Under es justamente la gran amenaza palpable de la estupidez. Nos preguntamos constantemente si nuestros protagonistas echarán a perder todo: ¿dejará Billie sus medicamentos? ¿volverá Brenda a sus encuentros sexuales con extraños? ¿abandonará Claire otro intento por encontrar su vocación?
La respuesta es sí, la mayoría de las veces, pero uno de los aspectos más brillantes de la serie es mostrarnos cómo a pesar de las equivocaciones la vida siempre encuentra la manera de continuar. Six Feet Under se resiste a dejarnos con un ánimo pesimista, pero al mismo tiempo, se resiste también a dibujarnos una vida libre de estupidez, de oportunidades perdidas, de equivocaciones.
Six Feet Under nos muestra que el amor DEFINITIVAMENTE no lo conquista todo. Que todos tenemos dimensiones que permanecerán ocultas para nuestros seres queridos por siempre. Que el aburrimiento y la cotidianidad pueden ser más deprimentes que la muerte. Que en el camino hacia la madurez y la recuperación tendremos un centenar de recaídas. Que no hay finales felices tanto como sólo finales, momentos en que todo termina para nosotros, y muchas cosas deben continuar para el resto.
Six Feet Under es una serie sobre cómo no siempre cada minuto cuenta. Una serie sobre la depresión, el aburrimiento, la torpeza, el egoísmo, la dependencia emocional y una serie de etcéteras en los que resume la vida. Una historia sobre cómo la mayoría de nosotros viviremos vidas absolutamente olvidables, irrelevantes, históricamente invisibles y aún así, como esa colección de horas que se convierten en días y días que se convierten en años es lo único que tenemos en realidad. Una reivindicación de la torpeza, el fracaso, los errores, y todo eso que como sociedad estamos empecinados en borrar de nuestro relato. Una oda a la vida común con todos sus lugares comunes. Porque no sólo nos unen grandes valores, porque no hay una experiencia más universal que la sensación de fracaso.
Y aún así, una serie que celebra esa serie de episodios afortunados y desafortunados que constituyen nuestras vidas.
Pueden revisar las cinco temporadas completas de Six Feet Under en HBO GO.