REVIEW: Por Qué Hay Que Ver “Dignidad” (y dónde)

Publicado por Geraldy Cañete en

Amplio es el debate del rol de la cultura pop y sus producciones en el espacio del imaginario social, de cuánto pueden influir o no en nosotros. En el caso de Dignidad, la producción chileno-alemana disponible en Prime Video, la conclusión parece evidente. 

La serie de 8 capítulos hace un esfuerzo loable por iluminar uno de los tantos episodios oscuros de la historia chilena, abordando los horrores cometidos en Colonia Dignidad a manos de Paul Schäfer (Götz Otto) con la complicidad de tantos ciudadanos chilenos y alemanes. 

Y este es quizá el fuerte de Dignidad, que no se ocupa tanto de indagar el por qué los hombres malos actúan de esa manera sino por qué le resulta tan sencillo a tantos otros mirar hacia el otro lado. ¿Cómo se fiscaliza la falta de empatía? ¿quién castiga la indiferencia? ¿la ley? ¿la opinión pública? ¿los organismos internacionales? A juzgar por nuestra historia, parece que el radio de aberraciones con las que somos capaces de convivir sin sentirnos indignados es bastante amplio. 

Dignidad, la realidad que supera ampliamente la ficción

El 2019 en Chile fue el año de reclamar de nuevo la dignidad que nos ha sido negada por tanto tiempo. Para vivir con dignidad, para morir con dignidad. La lucha social que se consolidó con el estallido de Octubre hizo suya esta palabra y la puso al centro de su discurso transversal. Una palabra que durante muchos años, para mucha gente, tuvo un significado totalmente distinto dentro de Colonia. 

Y quizá del mismo modo en que los nazis parecían burlarse de los prisioneros de los campos de concentración anunciando en la entrada de sus centros “Arbeit Macht Frei” (el trabajo libera), las víctimas de Colonia Dignidad sufrirían la ironía de su nombre mientras eran paulatina o repentinamente robados de ella. 

La serie trata de reconstruir las innumerables atrocidades ocurridas en Colonia a través de los ojos de los niños a los que nunca se les permitió crecer. Niños desorientados, confundidos, emocionalmente mutilados y trágicamente indignos. Aunque hay episodios de violencia explícita, ninguna tan amenazante como la presencia de Schäfer desde la perspectiva de sus pequeñas víctimas. Además con el contrapunto de un paisaje que el equipo detrás de Dignidad (a cargo de Julio Jorquera) insiste en hacer aparecer como paradisíaco, cinematográfico, aparentemente seguro. 

¿Qué nos deja la serie?

Aunque la crueldad es siempre difícil de imaginar, y en Colonia se dio tan extensamente, de cierto modo el aspecto más inverosímil de Dignidad no es el horror sino la increíble casualidad que reúne a 5 valientes personas en su afán por hacer justicia. Después de todo, si algo nos ha enseñado la historia (especialmente la propia historia de Colonia Dignidad) es que el heroísmo es más bien escaso, que a la mayoría de los valientes terminamos por perderles el rastro antes que logren su cometido. 

La realidad es que la caída de Colonia no se ajusta al viaje del héroe, ni ofrece mucho espacio para la catarsis. Ni debería.  En el mejor de los casos, Dignidad debería aspirar a ser una producción para despertar la indignación, para que aquellos en el poder se hagan responsables de esclarecer todo lo ocurrido. Para que las víctimas y las familias de los desaparecidos reciban la justicia que merecen. Para que no se nos olviden quiénes fueron cómplices, y quienes aún lo son. 

Al final, si hay una razón de peso para ficciones como Dignidad, es la única y la más importante: PARA QUE NUNCA MÁS

 


Geraldy Cañete

Realizadora de Cine & TV Me gusta el cine, los gatitos y la filosofía, Con tendencias adictivas a las series de TV y las papitas.