Hablemos de: Sing Street (2016)
Para resumir Sing Street (2016) podemos parafrasear a Avril Laving y decir “él era un chico, ella una chica, puede ser más obvio”.
No es un misterio que la ciencia y el arte han sido utilizados durante mucho tiempo como excusa para atraer al sexo opuesto -e incluso a veces al mismo sexo- con esta idea en mente John Carney, conocido por Once (2007) y Being Again (2013) presenta propuesta que nos consume por cerca de dos horas y nos transporta al pasado, a los 80s cuando distintos estilos musicales convivían en el mismo espacio y tiempo, y la vida era mucho más simple. Dos horas de una banda en formación. Dos horas de crecimiento emocional y espiritual. En simple, dos horas de adolescencia.
Sing Street, el espíritu de la música adolescente
Conor conoce a Raphina, y desde entonces la vida de Conor cambia. Raphina es lo único bueno que ocurre de la situación actual de Conor, problema financieros de los padres, acusaciones de infidelidad e incluso el divorcio de los padres parece estar cerca. Frente a este panorama, Raphina es el catalizador que permite el crecimiento de Conor, y es por medio de Conor que el director nos obliga a presenciar una visión sarcástica y cómica de la vida en Dublin a mediados de los 80s.
Una visión deprimentemente artística y por lo mismo catalizadora, y sobre la cual podemos trazar paralelos con la realidad que se vivió y aun se vive en esta larga y angosta faja de tierra que llamamos Chile. Matrimonios jóvenes, adolescente perdidos, adolescentes sin nada que hacer, carreras que llevan a ninguna parte, falta de trabajo, drogas y la TV como el opio del pueblo son solo algunas paralelos que podemos encontrar.
Sing Street lo hace todo bien para ser una película que entrega un punto de vista y por lo tanto mensaje, siendo un merecido descanso en medio de las historias de orígenes, team-ups, reboots, y remakes que rondan la cartelera comercial; Sing Street logra criticar y al mismo tiempo entretener -la misión básica de cualquier visión artística- pone evidencia y problema y sobre el entrega una historia de creciente de necesidades y sobre todo la importancia de la relación simbiotica entre hermanos.
https://www.youtube.com/watch?v=C_YqJ_aimkM
Conor comienza teniendo una relación alejada con Brendan, el hermano mayor que se ha terminado pro dar por vencido frente a la vida y las pocas oportunidades que se le han presentado, pero a medida que Conor va creciendo Brendan se convierte en su guía -metafórica y literalmente- así como Raphina es la chispa que inicia el crecimiento de Connor es Brendan el combustible que le permite hacer fuerte a sus problemas, que le permite crear y (re)crearse a sí mismo, tanto de manera superficial (aplausos para el trabajo en maquillaje y vestuario) como en manera más profunda, le permite enfrentar sus miedos, le permite entender y entregarse al arte y la música, le permite reclamar para si este espacio que solo e inhabitado por lo jóvenes y que llamamos transgresión generacional, todo este cerrado con final preciso que nos deja reflexionando sobre cual es el espacio transgresor en el cual formamos nuestras vidas.