#MesDelTerror Especial Hannibal: Perfil Nro.1 Bedelia Du Maurier

Publicado por Colaboradores AdC en

Por Geraldy e Iván

«I believed it was self defense, and to a point it was.
But beyond that point, it was murder.»

 

Nacido de la literatura de Thomas Harris, Hannibal Lecter ha inspirado una de las franquicias más extensas y perturbadoras del género. Recientemente adaptada por Bryan Fuller para la TV, con una serie impecable pero temprana e injustamente cancelada, dedicamos este especial a los exquisitos rincones en las mentes de los psicópatas que lo acompañan durante su descenso al infierno.

Bedelia (Gillian Anderson) visitando a Will durante la segunda temporada

Bedelia (Gillian Anderson) visitando a Will durante la segunda temporada

Comenzando por su psiquiatra, Bedelia Du Maurier (Gillian Anderson), personaje introducido exclusivamente durante la serie y que dada la química innegable entre Anderson y Mads Mikkelsen, se convirtió en uno de los regulares. Una licencia creativa del equipo de Fuller, férreamente comprometido con exacerbar el vigor femenino de Clarice en esta precuela situada en un tiempo anterior al suyo, no sólo a través de Bedelia, sino también de Alana Bloom (originalmente Dr. Alan Bloom), Margot Verger y Freddie Lounds .

Bedelia participa, como su paciente y colega, de ese ideal kantiano ilustrado que predica la responsabilidad personal por contribuir a la grandeza de la especie. Y como tal, en su relación con Lecter procura mantener la distancia crítica que reclama su oficio aún en los momentos en que decide acompañarlo -especialmente como su esposa, durante la tercera temporada- en sus brutales cacerías. Mientras Will, Alana y Jack Crawford luchan por ver más allá del person suit que viste Hannibal, para ella es más que evidente con quien está tratando.

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Con gracia renacentista y rigor científico, Bedelia estudia a Hannibal en cada etapa, ayudándole a entender la complicada codependencia que mantiene con Will. Manteniendo la calma aun en los escenarios más atroces. Pero son sus dotes persuasivos y utilitarios los que mantienen a Hannibal cautivo y a raya, porque a pesar de que sus dos víctimas se dan en contextos más o menos obligados, son sus palabras las que ponen en movimiento algunas de las acciones más interesantes en cada temporada. Primero al ser la primera en desenmascarar directamente a Hannibal, luego al compartir sus convicciones con un abandonado Will, y finalmente anticipando las acciones de ambos y preparando una cena para 3, al concluir la tercera temporada.

Y es esa indeterminación entre el crimen justificado y el deliberado lo que marca su carácter. “Observe or participate?” le propone Hannibal durante su breve vida marital que operó a su vez como fachada para el caníbal fugitivo. Bedelia suele ser más una participante por omisión, pero no a causa de cobardía o ignorancia – como dijo el mismo Bryan Fuller, es probablemente el personaje más inteligente de toda la serie, y como tal, todas sus sutiles decisiones están sujetas a un estricto proceso de escrutinio. Está en completo control de lo que hace, lo que NO hace, y cuándo lo hace, y no sólo respecto a sí misma, sino a quienes la rodean, y es por esto que es capaz de flirtear con el extremo peligro de acercarse al verdadero Hannibal conociendo su impredictibilidad y salir (más o menos) ilesa – pero al mismo tiempo, admitiendo el profundo miedo y desconfianza que le produce el ser “la novia de Drácula”.

Su iniciación, propiciada por Hannibal.

Su iniciación, propiciada por Hannibal.

Respecto a esto último, en el penúltimo capítulo de la serie, Bedelia confiesa las complejas emociones que le suscita el ser la esposa del Diablo, particularmente cuando Will Graham entra en el mapa. Hay un hermoso pasaje en que, discutiendo los límites y la naturaleza del “amor” entre Will y Hannibal, Bedelia admite una sutil celosía al utilizar la metáfora de Barbazul (personaje folclórico europeo que asesinaba a sus esposas) para referirse a ellos mismos, deseando ser ella la última en vez de Will.

Ella es quien mejor conoce a Lecter y la única que ha visto el rostro desnudo de Il Mostro, y sobrevivido sin un rasguño. Pero frente a la decisión final de Hannibal, decide adelantársele y arrebatarle la posibilidad “ponerla de vuelta en el menú”, manteniendo intacta la jerarquía psiquiatra-paciente hasta el final. Porque la fortaleza de Bedelia no recae en su capacidad para enfrentar físicamente a la bestia, como ocurre con las icónicas heroínas del slasher, sino de persuadirlo para tener acceso exclusivo, sino a su corazón, a su psiquis. En contraposición a todas las reconocidas scream queens, Bedelia es mordaz, reflexiva e implacable, más cercana a la Marquise de Merteuil que a Laurie Strode.

Es cuestión de ver su despedida:

 


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