Review Show me a Hero: La Nueva Serie de David Simon y HBO
Segregación, racismo y tensiones políticas son el centro de la nueva miniserie de HBO, un proyecto que David Simon había postergado pero que logró concretar con un equipo que incluye a Paul Haggis en la dirección, y a Oscar Isaac; Winona Ryder; y Alfred Molina en los protagónicos. Show Me A Hero está basada en el libro de Lisa Belkin, y cuenta el difícil periodo de Nick Wasicsko (Isaac) como alcalde de Yonkers durante los 80´s, lidiando con un polémico proyecto inmobiliario en medio de conflictos raciales.
Nick Wasicsko (Oscar Isaac) y Vinni Restiano (Winona Ryder)
La propuesta de Simon y Haggis comienza a notarse ya desde el primer episodio. Tal como cuenta el primero, la serie busca profundizar en un conflicto que tiene larga data en los EEUU al retratar uno de sus tantos hitos, los proyectos de desegregación que tuvo que acatar la ciudad en medio de las protestas de una población mayoritariamente blanca. Wasicsko, electo alcalde con sólo 28 años, se encuentra en la compleja posición de tener que asumir todo el costo político sin poseer la autoridad suficiente para concretar sus promesas de campaña. Una mirada histórica y realista en un contexto de ficciones cada vez más abstracts y separadas de su materialidad, cuyo comienzo narra en paralelo el alegre ascenso en la carrera de Wasicsko, y la vida de algunas de las familias que se verán afectadas por el proyecto. Un episodio que, como toda introducción, abusa de la exposición, en este caso con largas explicaciones de cómo funciona el gobierno local, pero que se apoya en la sólida interpretación de Isaac, apoyado por un cast de primera línea.
Martinelli ( James Belushi) saluda al nuevo alcalde.
En la otra vereda la propuesta de Haggis contempla una cámara incorrecta, encuadres obstaculizados, extraños, incómodos como en la vida real. Propuesta observable desde su estreno, en el que el uso de los planos compuestos y la profundidad de campo le dan naturalidad a la historia pero sirven también como acento hacia ciertos sucesos, cada cuadro es elocuente y nos cuenta algo respecto a lo que está sucediendo con sus protagonistas. El grueso de la acción ocurre en lugares equivocados, cafeterías, pasillos, salas de fotocopia, porque en la vida real allí es donde ocurre la acción, como comentó el propuesto Haggis.
La propuesta visual de Haggis contempla planos interrumpidos por objetos cotidianos.
El primer episodio condensa una larga transición que parece un poco precipitado pero entendible considerando lo que está por venir. Se centra en la transición de Wasicsko de concejal a alcalde, su sueño de niñez, a través de una campaña levantada más por la desaprobación de su rival (a propósito del proyecto de cosntrucción de viviendas) más que por sus méritos como candidato. Buscando desde el comienzo nuestra simpatía hacia su protagonista pero también, hacia quienes tendrán que lidiar con las consecuencias de las desiciones que se toman lejos de ellos, por hombres que probablemente jamás conocerán. Las dramáticas consecuencias reales, sobre familias y ciudadanos comunes, de políticas que usualmente se piensan e implementan desde meras ideas, y en el peor de los casos, cifras. La miniserie contará con 6 episodios con estreno los domingos.
