Estreno Grace and Frankie: La Nueva Comedia Original de Netflix

Publicado por Geraldy Cañete en

A pesar de haber sido anunciada como la nueva comedia original de Netflix, uno de los géneros en que más ha invertido nuestra compañía de screening favorita, Grace and Frankie está más cerca del drama familiar de Bloodline que de las involuntarias equivocaciones de Kimmy Schmidt. En esta nueva serie de 13 episodios, Marta Kauffman y Howard J. Morris ahondan en lo problemático que significa para dos mujeres, pertenecientes a aquel grupo al que condescendientemente llamamos “3era edad”, el tener que redefinir sus identidades y sus vidas luego de haber sido despojadas de todo aquello que culturalmente las define: sus familias y la belleza de la juventud.

Grace (Jane Fonda) y Frankie (Lily Tomlin) contemplando su futuro.

Grace (Jane Fonda) y Frankie (Lily Tomlin) contemplando su futuro.

Jane Fonda y Lily Tomlin se reúnen nuevamente como portavoces de la gran causa que une a Grace y a Frankie, dos ex esposas (cuyos esposos abandonaron para poder casarse entre ellos, dado que la ley ahora lo permite) con aparentemente nada en común, reunidas por la necesidad de enfrentar el futuro por y para sí mismas. Alejada de las convencionalidades formales de Friends, Kauffman explora las complejidades detrás de los estereotipos, en un grupo de personajes que han estado ocultándose los unos de los otros durante los últimos 20 años.

La serie comienza con las caricaturas: la esposa neurótica y controladora, la hippie, la soltera crónica, el drogadicto, etc, pero conforme Grace y Frankie se van haciendo más conscientes de sí mismas, y así como el resto de las familias entran en contacto con el amor entre Sol (Sam Waterson) y Robert (Martin Sheen), también nosotros vamos completando sus personalidades hasta que comienzan a sentirse más humanas, permitiéndonos sobrepasar la comedia sencilla hasta simpatizar con el drama. La separación de sus esposos y las vidas independientes de sus hijos tienen como efecto inmediato el sentirse invisibles o irrelevantes, después de todo, tanto Grace como Frankie -con todo y sus muy disimiles formas de vida- se habían configurado a sí mismas a partir de las necesidades de sus más cercanos.

Sol (Sam Waterson) y Robert (Martin Sheen) disfrutando su nueva vida en pareja.

Sol (Sam Waterson) y Robert (Martin Sheen) disfrutando su nueva vida en pareja.

En tiempos en que las risas enlatadas parecen cada vez más lejanas, lo que realmente distancia a Grace and Frankie del resto de comedias de divorcio es que apunta a dos de los temas más sensibles en nuestros debates; en qué consiste exactamente la igualdad cuando se trata de la diversidad sexual (¿el hecho de que Sol y Robert sean gays los excluye de la responsabilidad de haber engañado a sus esposas sistemáticamente durante 20 años?), y a la violencia de género perpetuada durante décadas, materializadas en el temor de Grace por hacerse saber a su pareja las cosas que le desagradan, o la nula vida social de Frankie más allá de su ex esposo y sus hijos.

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Mallory (Brooklyn Decker), Brianna (June Diane Raphael) y Coyote (ethan Embry), los hijos, de a poco cobran protagonismo, en especial los dos últimos. 

Una serie a la que le cuesta tomar forma en un principio, especialmente porque posterga nuestras expectativas sobre la comedia mientras nos conduce al interior de los conflictos de sus protagonistas, pero que se va consolidando al tiempo en que su cast se ajusta el uno al otros. Pero que si aceptas sus condiciones, termina siendo contingente, emotiva y ocasionalmente muy graciosa.


Geraldy Cañete

Realizadora de Cine & TV Me gusta el cine, los gatitos y la filosofía, Con tendencias adictivas a las series de TV y las papitas.