Estreno: 50 Sombras de Grey

Anastasia Steele (Dakota Johnson) no es la única sopesando las cláusulas de un contrato durante los 125 minutos que dura 50 Sombras de Grey, también nosotros debemos hacer un par de concesiones -comenzando con la verosimilitud- para completar el visionado de uno de los estrenos más esperados del año. En general, el guión de Kelly Marcel y la dirección de Sam Taylor-Johnson buscan pulir con relativo éxito las inconsistencias dramáticas de la historia original, y estetizar su explicitez.

Anastasia (Dakota Johnson) en una escena tipo Clueless.

Brindándole un breve pero justo tiempo a los primeros encuentros entre Ana y Christian (Jamie Dornan), la película se esfuerza por hacer creíble el incómodo preámbulo tipo senpai-me-notó (residuo de sus orígenes como fanfic de Twilight) a partir del cual surge la ambivalente relación entre ambos, dando paso a la exploración de los “peculiares” intereses del señor Grey. Intereses retratados con bastante cautela, para desilusión de algunos, y recalcando en todo momento la importancia de la bilateralidad y el consentimiento. Una exposición suficiente para los estándares de un estreno comercial, que aprovecha las sombras y los planos detalle para sugerir lo que los fans estarán ávidos por ver, tratamiento que funciona por sí mismo aunque fuertemente cargado a los desnudos femeninos.

Mr. Grey (Jamie Dornan y sus oblicuos).

Pero es en la complejidad de la relación entre ambos, esto es, en el drama que dio origen al cuarto rojo de dolor del señor Grey, en donde se notan las mayores inconsistencias. Aunque existan esfuerzos por dar profundidad a personajes y situaciones cliché, introduciendo aspectos cómicos para alivianar lo irrisorio de algunos, no logra escapar de las aspiraciones infantiles de la virginal Anastasia, decidida a sanar el dañado corazón de Christian. Dakota Johnson tiene la oportunidad de mostrar un espectro más amplio de emociones que Dornan, ciertamente hay más sombras de Ana que de Christian, y logra una interpretación creíble de un personaje incómodamente mal perfilado, casi insípido, más parecida a una protagonista de juego otome que a una heroína de novela.

Tibio comienzo para una franquicia que ya prometió sus respectivas secuelas, y de la que podrán disfrutar a partir de este jueves, en caso que haya adquirido su entrada en preventa, aunque es probable que no abandone la cartelera en largo tiempo.