Estreno: Los Juegos del Hambre, Sinsajo Parte 1

Publicado por Geraldy Cañete en

“la revolución estética ha producido una idea nueva de la revolución política, como realización sensible de una humanidad común solamente existente aún en forma de idea”

Jacques Rancière. La división de lo sensible.

La más sólida -y mejor adaptada- entre las de su tipo, además de una de las franquicias más exitosas actualmente en progreso. Este jueves se estrenó la primera parte del final de Los Juegos del Hambre, que ubica a Katniss (Jennifer Lawrence) en medio del distrito 13, cumpliendo con su rol dentro del movimiento rebelde y a la espera de enfrentar a las fuerzas del Capitolio quienes, como recordarán, mantienen a Peeta (Josh Hutcherson), Johanna (Jena Malone) y Annie (Stef Dawson) en prisión.

Una de las cuestiones que ha narrado con inteligencia la adaptación cinematrográfica de The Hunger Games es el desarrollo de uno de los procesos históricos más importantes. Lo que parte siendo el gesto “rebelde” de una ciudada -a penas- se convierte en la excusa e inspiración que el pueblo (o en este caso, los distritos más convulsionados) necesitaban para levantarse contra dirigentes abusivos y traidores. Katniss no es la heroína que guía con seguridad dicho proceso, sino que, encontrándose en medio de él, viendo el dolor y sacrificio de sus más cercanos, y la miseria en la vive la mayoría, decide que la necesidad de un cambio político severo es más importante que sus necesidades individuales y personales (aun cuando sobrevivir fue su prioridad durante largo tiempo) y acepta formar parte de él, como emblema del cambio necesario.

La Presidenta Coin (Julianne Moore) y Plutarch (Philip Seymour Hoffman) son los principales estrategas.

La Presidenta Coin (Julianne Moore) y Plutarch (Philip Seymour Hoffman) son los principales estrategas.

Pero es la gente, en su organización y unidad, los comunes, aquellos que no tienen voz, las bases, quienes conforman la verdadera fuerza transformadora del movimiento, quienes toman consciencia de que el orden es contingente y no necesario, y deciden cambiar la historia, porque el precio -aunque devastador- es soportable a la alternativa: el continuar viviendo como esclavos, preocupados de sobrevivir a duras penas. Morir luchando para que otros puedan vivir con dignidad después de ti, es más deseable que morir de hambre, o de enfermedad. Y libertad es aquí la de un pueblo que decide construir su propio porvenir. Sinsajo está lleno de momentos en que vemos a los caídos morir con orgullo, haciendo avanzar con ello a la causa, convulsionando los cimientos materiales y simbólicos del Capitolio.

Aún así la película nos muestra también a los líderes del Distrito 13, cabecillas de la revolución dirigidos por la presidenta Coin (Julianne Moore), también como moralmente ambivalentes. La necesidad de llamar al resto de los distritos a unirse a la causa los lleva a utilizar a Katniss como emblema del movimiento, con todo lo que eso implica, la propaganda, la manipulación mediática, el juego sucio de la estrategia durante la guerra. Un modo inteligente de hacer ver que también los rebeldes necesitan construir un imaginario unificante, con un lenguaje particular, unos lemas, unas insignias que definan la identidad del movimiento. Como diría Foucault: “El poder no es una institución, y no es una estructura, no es cierta potencia de la que algunos estarían dotados: es el nombre que se presta a una situación estratégica compleja en una sociedad dada”. La película contrasta los discursos del poder con la forma de implementarse, el discurso del presidente Snow llamando a la paz y cooperación y la policía forzando a los civiles a pararse frente a las pantallas, ejecutando a unos cuantos díscolos como medida ejemplar. El discurso inspirador de la presidenta Coin con el trauma de los sobrevivientes.Así responden los sobrevivientes a la visita del Sinsajo

Así responden los sobrevivientes a la visita del Sinsajo

La primera parte de esta guerra está ilustrada con las imágenes más violentas que hemos visto hasta ahora en la franquicia, violentas porque se parecen demasiado a nuestra experiencia histórica, el horror de los bombardeos sobre civiles desarmados, los búnkers, las ejecuciones políticas en la plaza pública y por último, la desolación de ver regresar a los que amas luego de la tortura, enloquecidos o ensimismados, nunca completamente ellos mismos, nunca completamente presentes.

En Sinsajo la tensión que se arrastraba desde Catching Fire se vuelve insostenible, la transición necesaria para que Katniss comprenda el precio de la revolución, y decida por sí misma si vale o no la pena. A ratos graciosa, para aliviar el peso del drama, que el movimiento revolucionario haya sido algo que ocurría como ruido de fondo -hasta ahora- mientras Katniss está dentro del juego, o de gira promocional, o preocupada de su familia, se asemeja un poco al modo en que muchos se relacionan con los movimientos sociales, evadiéndolos en la medida de lo posible, experimentando la devastación más violenta una vez dentro. Probablemente la más oscura hasta el momento, puede ser la tormenta antes de la calma o el preludio de una tragedia mayor.


Geraldy Cañete

Realizadora de Cine & TV Me gusta el cine, los gatitos y la filosofía, Con tendencias adictivas a las series de TV y las papitas.