Ciencia Ficción [COLUMNA DE MIERDA]

Publicado por Cristóbal Sepúlveda-Plaza en

Uno de mis géneros favoritos en el cine es la ciencia ficción, también en la literatura, pero en la literatura -en la buena literatura, mis gustos son más restringidos- y por el cariño que siento tanto por el cine y los libros es que me molesta y duele ver cada año nuevas películas disfrazadas de ciencia ficción que lo único que hacen es vender una historia de amor imposible a los adolescentes -o jóvenes adultos como se defienden ahora-. Mi teoría del porque tenemos tan mala ciencia ficción es la siguiente:
El advenimiento de libros de fantasía como Harry Potter dio paso a miles de nuevo lectores, los cuales como buenos consumidores de medios y nuevos formatos se convirtieron en un target especifico para las grandes compañías, así, las películas de la serie tuvieron luz verde acelerada en los grandes estudios; al crecer, estos nuevos consumidores necesitaron nuevos personajes, nuevos dioses que admirar, nuevas palabras que agregar a su vocabulario, nacieron allí dos corrientes, las series abiertamente telenovelescas que son consumidas por madres, adolescentes y niñas que desean escapar de su realidad -el target aquí son mujeres oprimidas/reprimidas-, en esta categoría caen La Saga Crepúsculo, y ese fanficcition soft-core llamado 50 Sombras de Grey, y por otro lado, la ciencia ficción distópica vendible a las mujeres que desean la emancipación de los cánones impuestos por la sociedad falocentrica,  en la cual el hombre es el privilegiado. Así Suzanne Collins,  en 2008, logró vender The Hunger Games, un ripoff/collage suavizado de las películas Das Millionenspiel , The Running Man, Battle Royale,  la mitología clásica griega, la historia de los gladiadores romanos, y la clásica Romeo y Julieta, naturalmente esta corriente cuenta con una mujer-adolescente-blanca como protagonista, para asegurar el éxito entre las jóvenes lectoras, al primer libro le siguió la trilogía de películas que se convirtió en 4 películas por amor al dinero, en paralelo series menos populares pero con igual cantidad de fanatismo desatado como The Maze Runner, o la serie Divergente, recaudaron parte menor -pero no mucho más menor- del dinero ganado en trabajos de medio tiempo o de primeros trabajos post-universidad de una generación que creció jugando con varitas mágicas, esperando ser únicos, especiales, y elegidos.
The Hunger Games

The Hunger Games

No pretendo imponer un punto de vista, ni siquiera quiero convencer a  alguien de que esta teoría es correcta, para eso me haría falta tiempo y energía para diseccionar cada una de las obras comentadas,  -pero en el animo P.C de este momento socio-cultural debo decir que esta es una opinión personal, y como ta,l ustedes pueden estar o no estar de acuerdo- es imposible no clasificar éstas obras como ejemplos de mala literatura, y mala cinematografía, que palabras de Terry Gilliam, director de Brazil, 12 Monkeys, Zero Theorem y parte activa de los Monty Phyton:
«son fantasía sin substancia y ciencia ficción distópica sin inteligencia, son clones».
50SOG-1

En esta imagen el lápiz representa el falo de Grey intenta penetrar la boca -que representa la vagina- de la actriz intercambiable de turno. Así, se demuestra la tensión sexual entre ambos.

Son películas que carecen de densidad intelectual, que no representan un punto de vista, sino que entregan un conjunto de imágenes visuales que son atractivas pero que en conjunto no comentan, no dialogan, critican o problematizan ningún punto. Son entretención sin comentario, son visualizad sin fondo. De la misma forma que la nueva película de Batman introduce a Wonder Woman para que la nueva ola de ciberfeministas compren su ticket y la vean en la pantalla más grande posible una y otra vez, como bien dice Gilliam no tienen inteligencia, la gente critica a Michel Bay porque sus películas son pura visualidad, pero sale corriendo a comprar entradas para la última Hunger Games o Divergente. Vivimos en tiempos de paradojas.

Pero aún existe esperanza, realizadores como Shane Carruth con Prime o Upstream color, Joon Ho Bong, director de The Host, y Snowpiercer intentan rescatar la esencia de las películas de ciencia ficción de los 70s y 80s y actualizarlas para la nuevas generaciones. Imprimen un discurso en sus películas, un punto de vista, algo que se agradece.
Upstream Color

Upstream Color

Este mes vamos a comentar la ciencia ficción, la ciencia ficción que nos gusta, Mal Gusto regresa este mes con una especial a Snowpiercer, comentaremos piezas clásicas como Soilent Green (de la cual Snowpiercer copia mucho) , The Thing, The Fly, películas animadas como Akira, y otras más recientes como The Fith Element, así que si aún sigues leyendo esto, bienvenido ver como esta columna de mierda comienza a arder.

Cristóbal Sepúlveda-Plaza

Cristóbal Sepúlveda-Plaza A veces escribo de cine y series. Me encuentra en Instagram como @usuarionumero42