Doctor Who: Final de Temporada y Especial de Navidad

Publicado por Geraldy Cañete en

La primera temporada en la era Capaldi terminó con un cierre abrupto y dramáticamente más severo que los anteriores, aunque con menos sentimentalismo explicitado. Un final que revivió viejos temores y viejas heridas, de la mano de Missy (una impecable Michelle Gómez), obligando al Doctor a enfrentarse con el peor lado de sí mismo.

[Contiene spoilers de los episodios 11 y 12 ┐( ̄ヮ ̄)┌]

12° no entendiendo el fangirlismo.

12° no entendiendo el fangirlismo.

Fue una temporada marcada por la crisis identitaria sufrida tanto por Clara como por el Doctor, y un constante tira y afloje en el que ambos intentaban controlar al otro motivados por la promesa de esclarecer las dudas y recuperar las certezas sobre sí mismos. Desde el comienzo supimos que la tensión estaría en el juicio hacia el pasado del Doctor, en el poner en perspectiva su pragmatismo, en humanizar a quienes sacrificó antes que celebrar las cifras azules de sus victorias, y el plan maestro de Missy hizo regresar -literalmente- los fantasmas del pasado. De paso haciendo guiños a la historia pasada, un gesto que ha sido constante pero que nunca terminamos de agradecer.

Pero tal como el Joker perdió la apuesta contra Batman respecto a los barcos y las bombas en aquella memorable escena de la película de Nolan (cuando estaba en su mejor forma), tampoco la otrora The Master pudo prever que la lealtad es algo que trasciende la vida. En este sentido, y a pesar del rechazo del Doctor, es una temporada que celebra los valores del soldado (un poco como Pacific Rim), esa lealtad basada en la admiración y ese sentido del deber que obliga a ponerle el bienestar de la mayoría antes que el propio. Danny Pink (Samuel Anderson) representa simultáneamente, la nobleza del que está dispuesto a hacer lo que otros no, y la convicción del que lo arriesga todo por su causa, por mantener a salvo a los que ama.

12° repudiando el concepto "selfie".

12° no entendiendo la práctica de las selfies.

Ha sido una temporada marcada por la reivindicación de esa figura, por la reconciliación del Doctor con ese aspecto de sí mismo que no ha podido perdonar; el Doctor de la guerra responsable por el aniquilamiento de toda su especie. Y a pesar que tanta carga moral me parece excesiva, al menos Moffat tuvo la precaución de evitar el sentimentalismo en la medida de lo posible, probando que Capaldi es lo que necesitaba para una regeneración que padece mucho pero exterioriza poco y Michelle Gómez, la intérprete perfecta para la locura desbordante y la soledad nostálgica de quien ha acompañado al Doctor desde pequeño, única capaz de obligarlo a enfrentarse con uno de sus mayores temores -ser visto como un soldado- el día de su cumpleaños.

Sin embargo, un cierre que no alcanza a abordar con claridad varias de las cuestiones sugeridas a lo largo de la temporada, en el que ni el destino de Missy ni el de Clara están del todo esclarecidos. La relación Doctor/companion ha sido incómoda e inestable al igual que la resolución que nos ofreció este Death in Heaven, cuestión que esperemos se resuelva más apropiadamente en el especial de navidad, cuyo primer vistazo pueden ver a continuación.


Geraldy Cañete

Realizadora de Cine & TV Me gusta el cine, los gatitos y la filosofía, Con tendencias adictivas a las series de TV y las papitas.