Estrenos: Transcendence, Identidad Virtual
En su debut como director, Wally Pfister -conocido por su impecable trabajo junto a Nolan como director de fotografía de Inception y la trilogía de The Dark Knight-, nos trae Transcendence. Una mega producción de ciencia ficción que, haciendo una analogía del nuevo testamento, nos relata la transformación del aclamado científico Will Caster (Johnny Depp) en su desarrollo de la tecnología que él llama «Transcendencia», la cual se propone virtualizar nuestra consciencia de modo que pueda expandirse y sobreviva a la mortalidad de nuestros cuerpos.
Los discípulos de Will, Max (Paul Bettany) y Evelyn (Rebecca Hall) quien también es su esposa.
Una película que si bien puede parecer errática, principalmente por el poco desarrollo de personajes y lo forzado de algunos acontecimientos, y que por lo mismo está lejos de ser una joya de la cinematografía mundial, lo cierto es que en su intento por abordar problemas filosóficos tan severos como el de la identidad y en su coqueteo con las nociones de esencia, conciencia y trascendencia nos invita a reflexionar en un nivel que hace mucho, yo diría décadas, no ocurría en el cine de ciencia ficción. Y hay que mirarla como eso, una invitación a hacer preguntas que enriquezcan el debate sobre el futuro de la virtualización y la pérdida del soporte más que un tratado sobre sobre lo mismo, de ahí la frustración de quienes buscan respuestas.
Bree (Kate Mara), líder de RIFT (Revolutionary Independence From Technology)
No obstante, escoge exponer el conflicto de hasta qué punto es posible desarrollar la inteligencia artificial como símil de nuestra humanidad, o más bien si es posible transportar algo así como nuestra sustancia (ese ego cogito que enunció Descartes) a una existencia no material, haciendo un paralelo poco disimulado con el relato bíblico sobre el Mesías. Así, el eventual advenimiento de la «trascendencia» propuesta por Caster lo lleva a ser el blanco principal de los fariseos detractores de la «identidad virtual» cuestión que lo motiva a experimentar sobre los límites de la misma, desarrollando habilidades que le permiten -literalmente- curar a los ciegos y hacer caminar a los paralíticos pero que en última instancia, y a pesar de la salvación que parece traer consigo, debe lidiar con la traición de quién lo negó tres veces, básicamente porque el mundo no está preparado para este tipo de revolución, como dicen los expertos, no todo lo que es técnicamente posible es culturalmente viable.
Y si bien, la película descansa sobre nociones metafísicas ampliamente problematizadas por el pensamiento moderno y en especial por los paradigmas surgidos en medio de la crisis epistemológica de la post guerra, posee el valor de invitarnos a analizarlos, aún cuando alberga de cierto modo la idea de que la maldad no proviene de la frialdad de las tecnologías sino que es inherente a nuestra humanidad, y el cómo aún la inteligencia «artificial» necesita copiar a la naturaleza. Transcendence es, en última instancia, una película filosóficamente conservadora pero vanguardista entre las contemporáneas de su tipo y se estrenará en nuestras salas el próximo 26 de Junio.
